¿Cómo
resolver esta problemática que nos aqueja desde hace décadas?
Cuando
viajo en bus, por lo general, prefiero el asiento al lado de la ventana, la razón es
sencilla: estoy más cerca del paisaje, siento la brisa más
fuerte y, sobre todo, porque mientras transcurre el viaje puedo perderme en mis
pensamientos y delirios. Al observar detenidamente
a las personas recuerdo la gran diversidad cultural que posee nuestro país.
Una vez mientras iba en el bus sucedió un hecho que no suscitó mayor atención en el resto de pasajeros, sin embargo, provocó en mí una reflexión. Una señora de unos cincuenta años acababa de subir, esta mujer relucía tanto por sus llamativas alhajas como por su tono de piel claro como la grana. Segundos después de arribar al vehículo, un joven de estatura baja le cedió el asiento. El bus estaba repleto y nadie parecía haberse percatado que una anciana de rasgos andinos y piel cobriza estaba parada hacía buen rato al lado del asiento reservado.
Una vez mientras iba en el bus sucedió un hecho que no suscitó mayor atención en el resto de pasajeros, sin embargo, provocó en mí una reflexión. Una señora de unos cincuenta años acababa de subir, esta mujer relucía tanto por sus llamativas alhajas como por su tono de piel claro como la grana. Segundos después de arribar al vehículo, un joven de estatura baja le cedió el asiento. El bus estaba repleto y nadie parecía haberse percatado que una anciana de rasgos andinos y piel cobriza estaba parada hacía buen rato al lado del asiento reservado.
De pronto, una avalancha de dudas invadió mi mente ¿Por qué existe tanta polarización y discriminación en el país? ¿Por qué
nuestra sociedad está marcada por fuertes desigualdades? ¿Acaso en el Perú unas
vidas valen más que otras? ¿Desde cuándo somos una sociedad racista? ¿Por qué
preferimos lo extranjero en lugar de lo autóctono?
Son
muchos los cuestionamientos que uno puede realizarse luego de reconocer las diferencias
raciales, lingüísticas y etnológicas que en nuestra sociedad son utilizadas
para determinar la superioridad o inferioridad de distintos grupos.
Existen varios tipos de discriminación pero la más conocida es el racismo. Para Wilfredo Ardito, abogado vinculado a la problemática de los derechos humanos, el racismo es una construcción cultural donde la persona cree en la existencia de razas, y a estas le atribuye principalmente rasgos físicos, vinculados a otros rasgos como el comportamiento moral, la capacidad intelectual, la composición económica y los valores.
La persona construye a alguien a quien rechaza, un ejemplo de ello es el decirle a alguien “cholo” que en Perú tiene una connotación peyorativa y es utilizado como insulto. Incluso personas con los rasgos físicos que se le atribuyen a los “cholos”, usan este término para “cholear” a alguien más pues consideran que son menos “cholos” que otros.
Existen varios tipos de discriminación pero la más conocida es el racismo. Para Wilfredo Ardito, abogado vinculado a la problemática de los derechos humanos, el racismo es una construcción cultural donde la persona cree en la existencia de razas, y a estas le atribuye principalmente rasgos físicos, vinculados a otros rasgos como el comportamiento moral, la capacidad intelectual, la composición económica y los valores.
La persona construye a alguien a quien rechaza, un ejemplo de ello es el decirle a alguien “cholo” que en Perú tiene una connotación peyorativa y es utilizado como insulto. Incluso personas con los rasgos físicos que se le atribuyen a los “cholos”, usan este término para “cholear” a alguien más pues consideran que son menos “cholos” que otros.
Según el psicoanalista Jorge Bruce se discrimina a una mayoría que en muchos casos se
auto discrimina y que también se discriminan entre los diferentes grupos que
conforman la mayoría.
“El racismo es una construcción
cultural donde la persona cree en la existencia de razas, y a estas le
atribuye principalmente los rasgos físicos, pero también le atribuye otros rasgos
como un comportamiento moral”
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De
acuerdo al psicoanalista Julio Hevia hemos sido educados en el racismo,por tanto, tenemos el hábito de
ser racistas. “Las personas ya no saben si son racistas por propia convicción o
lo son para colocarse en una posición de privilegio ante un tercero que demanda
tácitamente que actúe racistamente”, señaló.
En
definitiva, el racismo no es un asunto propiamente de Lima sino de escala nacional. Entonces la cuestión es cómo remediar este terrible mal que aún permanece latente
en nuestra sociedad. Para el historiador Antonio Zapata existe un ideal que
hace siglos se intenta lograr: la integración nacional. Nos encontramos en una
época donde ya no hay que superar las diferencias, sino más bien celebrarlas.
Pero ¿qué tan auténtica sería esta celebración? La tolerancia es un buen punto
de partida.
Ante
este sombrío panorama aparece la interculturalidad, que es la forma en cómo se
relacionan las culturas y las lenguas entre sí. La
interculturalidad en nuestro país es, en palabras de Fidel Tubino, un problema
y una solución. Añade además que la diversidad lingüística y cultural es una
diversidad problemática, esto sucede porque hay jerarquías injustas entre las personas que
de alguna manera pertenecen por sus rasgos y maneras de hablar a una
determinada cultura subalternizada de aquellos que pertenecen a una hegemónica.
Viajar al interior del país para conocer nuestra diversidad cultural sin duda nos ayudará a reconocerla y apreciarla. El convivir con otras culturas que comúnmente son
invisibles en el mapa, nos permitirá ampliar nuestro panorama y lograr que seamos más tolerantes. El
reto queda planteado, la decisión está en cada persona.
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